Historia de lo Inmediato

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con preferencias electorales que apenas rebasan el 20%, un estancamiento del que no lo saca ni todo el aparato federal que moviliza su primo Enrique Peña Nieto, Alfredo del Mazo, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a gobernador del Estado de México, tiene una única apuesta para evitar su derrota: La compra masiva de votos en un escenario, además, de alto abstencionismo y de dispersión del voto opositor.
El “Primazo” de Peña Nieto –quien aún no le ha transferido todo el repudio popular– tiene sólo dos fuentes de abastecimiento económico para la osadía de ser gobernador, como lo fue su padre y su abuelo: Los 285.5 millones de pesos que autoriza el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) como tope de campaña –de suyo una insolencia– y el abundante dinero sucio que proviene de actividades ilícitas.


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