Trump, México y la Unión Europea

BRUSELAS (apro).Desde su entrada en vigor en el 2000, el llamado Acuerdo Global entre México y la Unión Europea (UE) ha estado parcialmente desaprovechado. Hay cuotas de alimentos que los exportadores mexicanos no llenan en los mercados europeos que se han abierto y áreas de cooperación negociadas que tampoco se han explorado. Las inversiones de empresarios nacionales en Europa aumentan poco a poco pero no se acercan a las europeas en México.

El comercio y la economía mexicana siguen dependiendo en exceso de Estados Unidos. El tratado con Europa –región que fue superada por China como segundo socio comercial de México– no cambió esa fuerte dependencia porque simplemente no sirvió para diversificar los intercambios comerciales del país con esa próspera parte del mundo, como exponían los discursos oficiales para ganar el apoyo de la opinión pública al tratado. Tampoco generó los empleos y los impactos socioeconómicos prometidos, como quedó establecido en la evaluación del tratado comercial que elaboró una consultoría holandesa para la Comisión Europea y que fue integrada a los documentos de apoyo al proceso de decisión, información que fue publicada en su momento por Proceso.



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