“Susurro inquietante”

CIUDAD DE MEXICO (apro).- Estimado lector de la presente: en la misma se expone una ambigua situación que le ocurrió en días pasados al que la firma.

Resulta que en la multitud de datos que se apretujan en el disco duro de mi memoria, se fue perfilando un pensar indefinido; se inició como un susurrante palabreo entrecortado y confuso y terminó por cristalizarse en la siguiente queja no muy positiva para las humanas criaturas: “Lamentables bípedos implumes; en verdad no sé si admirarlos por el poder de su imaginación creadora o reírme o llorar por su impotencia para realizar sus sueños, debida casi siempre a su feroz individualismo. Tales sentimientos contradictorios en servidora se deben a que su muy creadora imaginación me habría convertido en un monumento imperecedero de lo que son capaces de realizar, algo así, pero mejor aún, que las pirámides de Egipto, mas su innato, persistente, feroz y cruel por momentos individualismo, hizo que servidora sea un mero símbolo del pecado y su merecido castigo”.



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