OPINIÓN / Isabel Anayanssi Orizaga Inzunza* / CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un día normal al menos en sus primeras horas, con el único detalle de la rememoración anual de un jueves negro que también fue 19 de septiembre, hace ya 32 años. A ello, se sumó un simulacro a las 11:00 horas del día que terminaría por advertir y recordar a la población las medidas básicas a tomar, preparándola para lo que ocurriría un par de horas después.
Era un martes común, a la 1:14 de la tarde cuando muchas personas continuaban las extensas jornadas de oficina, recorrían los mercados, la ciudad, las niñas y niños, así como los universitarios se encontraban en las escuelas, mientras que otras personas se circulaban en sus automóviles en calles, avenidas y en el segundo piso del periférico.
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