Columba Vértiz de la Fuente
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, Chis., 26 de enero (apro).- En Timbuktu las puertas están cerradas y las calles desiertas. No se escucha música, no se juega futbol. Nadie fuma, nadie ríe, las mujeres son sólo sombras. Los extremistas religiosos han sembrado el terror.
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