A FALTA DE GOBIERNO, LOS DAMNIFICADOS PELEAN CONTRA LA MUERTE

SAN JOSÉ GUATEMALA, Gro., 23 de agosto (apro).- Beatriz Villanueva Pano visita casa por casa para levantar un censo de la destrucción. Mueve la cadera con esa cadencia propia de las costeñas.
A decir de su lista, el río Papagayo se ensañó con 20 casas de adobe, la tienda Diconsa y una capilla completita. A las demás las reborujó por dentro como demonio desquiciado. Al ganado lo ahogó furioso. Eso sí, no falta ninguna persona, dice sonriente la morena, con la alegría de quien sobrevivió a aquella jornada en la que la comunidad entera se enfrentó al río que se creyó mar para impedirle que se emborrachara con su sangre.


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