MÉRIDA, Yuc., (apro) .- Hace ocho años, en noviembre del 2017, a Natiluz Pérez la privaron de su libertad en un centro de rehabilitación contra adicciones para despojarla de su hija Helen.
El padre de la menor, Javier Pérez Hernández y la tía, Gabriela Hernández, enviaron a Natiluz a La Gloria de Santa Isabel, en el municipio de Kanasín, aunque no consumía ninguna sustancia.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí