CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Llegaron de los puntos cardinales de la indignación que no ha aminorado en dos años: de las universidades públicas y privadas, de las organizaciones urbano-populares, de colectivos de artistas, de la CNTE y el SME, y de cada uno de miles de ciudadanos que recordamos como una conmoción el rostro desollado de Julio César o el mensaje sádico del procurador Jesús Murillo Karam de enero 2015.
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