CINCO AÑOS DE LA MATANZA DE CREEL: DOLOR E IMPUNIDAD

CREEL, Bocoyna, Chih., 16 de agosto (apro).- “Yo pensé que se estaba acabando el mundo”, recuerda Teodocia Domínguez, una habitante de Creel, que trabajaba en una tienda cercana al lugar donde ocurrió una de las primeras masacres de la guerra contra el narcotráfico, donde murieron 11 personas, una de ellas un bebé.
Uno de sus nietos pasó por el lugar con su tía y unos primos. Tenía siete años y vio desde lejos cómo mataban de uno a uno. “Sólo hacían así: “Ay” y se caía abuelita”, cuenta el niño, quien a sus 12 años, no ha podido olvidar el episodio de hombres con el rostro cubierto y vestidos de amarillo que disparaban sin compasión.


Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí