CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante muchos años la corrupción y los abusos de poder de la clase política mexicana han minado la credibilidad y confianza ciudadana en todas las representaciones de autoridad y gobierno. Al mismo tiempo, han creado las condiciones propicias para permitir la proliferación de los peores gobernantes, y también la multiplicación del crimen organizado, factores que han roto el tejido social.
Esta situación genera graves riesgos de inestabilidad social e ingobernabilidad en un contexto de crisis interna a la que ahora se añade el factor Donald Trump, que ha cimbrado al débil gobierno de Enrique Peña Nieto y ha generado incertidumbre y temor entre la sociedad mexicana.
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