OAXACA, Oax. (apro).- Aguas negras escurren del techo de plafón del Hospital Civil de Oaxaca. Los médicos, enfermeras y camilleros brincan entre charcos para mover a los pacientes del área de urgencias para no terminar bañados y evitar una mayor fatalidad sanitaria. También mueven los aparatos médicos para que no terminen dañados y tengan que suspender los servicios.
A escasos 2.8 kilómetros, el gobernador Salomón Jara Cruz y sus invitados derrochaban recursos durante la octava de los Lunes del Cerro o Guelaguetza en el auditorio de la rotonda de la Azucena.
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