SALTILLO, Coah., (apro) .- Cuando Georgina Aranda Contreras recibió la noticia que entre los restos encontrados en uno de los predios considerados como zona de exterminio en Coahuila, había coincidencia con su ADN, ella no aceptó que pudieran ser los de su hija Thania Sánchez a quien dejó de ver desde el 21 de enero del 2012, porque la forma cómo se enteró fue a través de una filtración, cuya irregularidad se sumaba a muchas más ocurridas durante la investigación de su secuestro y desaparición.
Hace unos días la familia de la joven aceptó el dictamen de identificación y el fin de semana prepara su despedida.
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