El mural de Sánchez Laurel sobre el 68

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Este miércoles 6 de octubre se reinaugura una de las obras más audaces y desconocidas del arte público mexicano: el mural Alegoría a la lucha, de Herlinda Sánchez Laurel, que se encuentra en Ensenada, Baja California, en el edificio de la Sección 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Pintado en 1969, mientras su autora era perseguida por el activismo que tuvo en el Movimiento Estudiantil de 1968 como presidenta de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, el mural es valioso por su narrativa pictórica, el tratamiento temático y la actitud artística que sustentó su producción.

Zsonamaco, Clavo, Arte 2660: El mercado del arte se reinventa

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Con nuevos modelos de negocio artístico que se expanden entre las ciudades de México y Toluca, el mercado local del arte manifiesta un dinamismo que se basa en el empoderamiento de su diversidad.

Diseñado por mediadores que se han dedicado, desde el año pasado, a explorar nuevas posibilidades en el entorno del confinamiento social y económico provocado por el covid-19, el mercado mexicano del arte contemporáneo presenta alternativas que destacan por haber sido diseñadas con base en el conocimiento de las necesidades y posibilidades de los agentes involucrados.

Mujeres, las constructoras del arte en México

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Para que el arte sea y exista, es indispensable la participación de creadores y constructores. Los artistas son creadores, los mediadores son constructores. Y en el terreno de la construcción del arte en México las mujeres han sido pioneras, protagonistas esenciales y profesionales de primer nivel.

Ya sea en actividades relacionadas con la economía del arte, la innovación museística, el discurso crítico o la gestión gubernamental, las mujeres han sobresalido a partir de los años treinta del siglo XX.

AMLO y su inexistente política cultural

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Mientras no exista una política cultural de Estado que defina el sentido y misión que tiene la cultura y la creación artística en la gestión presidencial de Andrés Manuel López Obrador, todas las decisiones que promuevan, asuman o gestionen tanto el presidente como sus funcionarios –en particular, la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto–, resultan arbitrarias.

Y si bien el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) es una instancia sumamente cuestionable por las inapropiadas y dispendiosas becas del Sistema Nacional de Creadores de Arte –Creadores Eméritos y Creador Artístico– que otorga desde 1993, la extinción del fideicomiso del Fonca sin un programa político que guíe el devenir de la creación artística y la mediación cultural, comprueba la ceguera e ineptitud profesional que tiene la gestión gubernamental de AMLO, al no poder significar y utilizar el arte como un recurso de gran riqueza simbólica y económica.