Pensar lo impensable

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En los setenta, durante sus conferencias en el Colegio de Francia, Michel Foucault exhortaba a su auditorio a “pensar lo impensable”, es decir, a romper las seguridades mentales con las que solemos reflexionar para enfrentar nuestra época. Tres décadas después, de cara a las elecciones de 2012 y de la guerra desatada por Felipe Calderón, Jean Robert, siguiendo ese exhorto, escribió un artículo fundamental: “La fractalización del mundo global” (Conspiratio No. 12). En él nos ponía en guardia contra lo que nadie se atrevía a pensar: que, bajo la lógica de las organizaciones criminales, el Estado, como garante de la legalidad y de la legitimidad de la vida política, estaba desapareciendo.

Nadie entonces lo tomó en cuenta. Nadie tampoco parece tomarlo en cuenta hoy. Tanto ayer como ahora las élites (gobiernos, partidos, intelectuales, medios de comunicación y empresarios), abrazadas a sus seguridades mentales, continúan pensando que el Estado aún existe y que es posible dispu­tar su administración en las próximas elecciones. Sin embargo, como lo previó Robert, ese Estado, arraigado en el mito del Leviatán, ya no existe. Contaminado de violencias de todo tipo (corrupciones, fraudes, extorsiones, usos perversos de la legitimidad y de la legalidad, mentiras, asesinatos, secuestros, amenazas, masacres, fosas clandestinas) la idea clásica del Estado como una relación entre gobernantes y gobernados, entre administradores y administrados, entre los que tienen el monopolio de la fuerza y los que la padecen, perdió cualquier significado real. Lo que hoy se vive en México es una violencia que carece de dueño y un poder que dejó de tener un lugar legítimo.

Una nueva forma de la dictadura

A las víctimas de la Línea 12 del Metro, otras tantas de la criminalidad del Estado.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En su estudio La sabiduría del amor, Alain Finkielkraut analiza, entre muchas otras cosas, uno de los componentes que están en la base de los despotismos: la santificación del pueblo. Desde la época del Terror que siguió a la Revolución Francesa y que resume la frase de Robespierre: “El terror no es más que la justicia rápida, severa e inflexible”, la idea de que al pueblo todo le está permitido porque la legitimidad emana de él, ha acompañado a los regímenes dictatoriales.

No existen las víctimas

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El pasado 20 de febrero se cumplieron dos años del asesinato de Samir Flores, una de las figuras fundamentales de la resistencia indígena contra la lógica depredadora de los megaproyectos y la destrucción de las vidas comunitarias y pueblerinas. Se cumplieron también dos años de impunidad. Nada sabemos de los responsables del crimen que sucedió tres días antes de que AMLO, mediante su entonces delegado Hugo Éric Flores, realizara una de sus consultas manipuladas para imponer la termoeléctrica de Huesca, parte del Proyecto Integral Morelos (PIM). Sabemos, en cambio, que el proyecto se llevará a cabo sobre el cadáver de Samir y sobre la negativa de los pueblos indígenas.

Samir es el rostro emblemático de todas las víctimas sepultadas bajo los caprichos “neoliberales” de AMLO. Debajo del PIM, del Tren Maya, de Dos Bocas, de la expropiación de tierras ejidales para el aeropuerto Felipe Ángeles, se acumulan crímenes irreparables que a pocos importan. Semejante a la lógica del crimen organizado y del “neoliberalismo”, en la lógica del poder político, que empantana expedientes e investigaciones criminales, lo que está en juego es el control del territorio y de la gente. Las víctimas son meras externalidades negativas que pagan los familiares. Son meros objetos prescindibles en el juego económico del poder.

Traidores

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La traición, que significa “entregar a alguien al enemigo”, es un acto atroz. Dante le reserva el último círculo del infierno, donde habita el demonio –el traidor absoluto; el ángel sublevado contra Dios. Allí, quienes traicionaron padecen el clima propio de su vileza: un lago helado como su corazón; los peores, las fauces del demonio que eternamente los devora. Shakespeare la compara con un crimen mayor. Cuando el Rey Lear se sabe deshonrado públicamente por su hija Regania, exclama desesperado: “(…) es peor que asesinar”.

Si quienes nos “gobernaron” en el pasado pertenecen a la estirpe de los fraudulentos, a quienes Dante reservó la quinta fosa del octavo círculo del infierno, donde habitan hundidos en la viscosidad de la brea, López Obrador y Morena pertenecen a la de los traidores. Sus traiciones son innumerables: a las víctimas, a las mujeres, a los indígenas, al medioambiente, a la salud. Me centro en una, la traición a las víctimas y a la paz del país.

Un Estado criminal

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En 2011, cuando la guerra desatada por Felipe Calderón contra el narcotráfico comenzaba a llenar el país de sangre, desaparecidos y fosas, las víctimas creamos el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y salimos a la calle. Uno de sus logros, después de largas y extenuantes marchas y de difíciles y dolorosos diálogos, fue la creación de la Ley General de Víctimas (LGV), de su órgano ejecutivo –la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV)–, del Sistema Nacional de Atención a Víctimas (SNAV) y del Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (FARI).

Un Estado criminal

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En 2011, cuando la guerra desatada por Felipe Calderón contra el narcotráfico comenzaba a llenar el país de sangre, desaparecidos y fosas, las víctimas creamos el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y salimos a la calle. Uno de sus logros, después de largas y extenuantes marchas y de difíciles y dolorosos diálogos, fue la creación de la Ley General de Víctimas (LGV), de su órgano ejecutivo –la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV)–, del Sistema Nacional de Atención a Víctimas (SNAV) y del Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (FARI).

Por desgracia, todo eso fue destruido con la extinción de su fideicomiso que la mayoría del Senado votó el pasado 21 de octubre. La atrocidad no está tanto en la extinción del fideicomiso, como en la eliminación que con él se hizo de la fracción I del artículo 132 de la LGV que obligaba a la Cámara de Diputados a dotar al FARI con no menos de 0.014% del Presupuesto de Egresos de la Federación (PFE), fondo que ese fideicomiso administraba.

Quinta carta abierta a López Obrador

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Querido presidente:

Cada vez me cuesta más trabajo llamarte así. Has promovido demasiado odio, desprecio y agresión como para seguirte queriendo. Siempre es duro vivir de cara al precepto de Jesús de amar a los enemigos. Muchas víctimas, desde hace 10 años, nos levantamos cada mañana luchando contra nuestro odio para ponernos del lado del perdón que va de la mano de la justicia. Tú, en cambio, te has empeñado en lo contrario: al perdón has opuesto el linchamiento; a la justicia, la venganza; a la amistad, que es contraria a la complicidad, el desprecio y la aversión. Tu lectura del Evangelio ha sido más la del fariseo o la del inquisidor, que la de un hombre que lucha contra sí mismo para ser un digno discípulo del pobre de Nazaret.

Los justicieros

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El fin justifica los medios. Esta frase, atribuida a Maquiavelo, forma parte de todos los justicieros. La injusticia, que saben mirar y denunciar en otros, se vuelve en ellos necesidad por la nobleza del fin. Donde hay un justiciero habrá siempre un transgresor que se exculpa y un perseguidor. El jesuita Baltasar Gracián (s. XVII) lo expresó con la claridad que siempre le fue propia: “Todo lo dora un buen fin, aunque lo desmientan los desaciertos de los medios”.

López Obrador y mucha gente allegada a él pertenecen a esa estirpe. Lo sabíamos, pero quedaron exhibidos en esa guerra de lodo mediático que el presidente y la oposición desataron con los videoescándalos. Lo que vimos en uno y otro fueron actos graves de corrupción que merecen ser investigados y castigados a fondo. Pero para los justicieros de la 4T eran de índole distinta. El primero –dinero entregado por el gobierno de Peña Nieto para corromper legisladores–, un acto criminal contra México; el segundo –dinero entregado a Pío López Obrador mediante un operador del gobierno de Chiapas para financiar la campaña política de AMLO–, un acto de patriotismo.

Propaganda y tragedia

Para José Vicente Anaya, custodio de la palabra

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El nazismo tuvo también sus mañaneras. No las presidía Hitler –había que resguardar la investidura para los momentos de apoteosis–, sino su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, un genio en esos menesteres.

Lenguaje y barbarie

¡CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Las palabras son lo propio del ser humano. Todo el pensamiento, toda la cultura y sus objetos están hechos de ellas. No en vano el Evangelio de Juan dice que en el principio era la palabra. Ellas son la raíz y el fruto de nuestra experiencia. Son también el lugar del sentido y del diálogo. Cuando vacilan, es decir cuando pierden su capacidad significante, las sociedades se extravían y el caos y la violencia reinan.

Yo tengo para mí que una buena parte de la profunda crisis civilizatoria que hoy vivimos tiene su origen en ello. La época de mayor comunicación coincide también con una era de barbarie. La razón es que el lenguaje ha ido perdiendo en la comunicación misma no sólo su riqueza y densidad, sino también el respeto que el hablar merece.