CIUDAD DE MÉXICO (apro).– De Mirada melancólica y un andar desquebrajado, mantenía aún el balón a sus pies. Eduard Streltsov, el soviético que cuando jugaba parecía recuperar el aliento, la vida y el alma. Sin embargo, el futbol selló con fatalidad su destino.
El 21 de julio de 1937 nació en Perovo, Moscú, Eduard Anatólievich Streltsov. Hijo de Anatoly Streltsov, quien fue soldado de primera línea y oficial de reconocimiento, y de Sofia Frolovna. Desde pequeño, Eduard encontró en el futbol algo más que un deporte, pues le permitió hallar un camino para olvidarse de la realidad bélica en la que se encontraba sumergida su nación (la Gran Guerra Patriótica 1941-1945, Guerra Fría 1947-1991).
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