París (Proceso).- A los talibanes sólo les tomó cuatro meses y medio derrotar al ejército nacional afgano, adiestrado y armado por Estados Unidos a lo largo de dos décadas. Y el pasado domingo 15 entraron triunfalmente a la capital, Kabul.
Su victoria relámpago, que es también la del fundamentalismo islámico sobre la mayor potencia occidental, causó una onda de choque mundial y agudizó en particular la preocupación de los países fronterizos de Afganistán, pero también de Turquía, Rusia, India y Europa.
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