Gómez Urrutia, Morena y el sindicalismo sumiso

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Una de las columnas indispensables del priiato fue el sindicalismo corporativo, que le sirvió al viejo régimen para atemperar los ánimos sociales y para rellenar urnas, lo cual le permitió extender su hegemonía durante siete décadas. Una de las transformaciones imprescindibles para avanzar en la construcción de la democracia es, precisamente, el desmantelamiento de esa anacrónica, nefasta y perversa institución.

La mayoría de los trabajadores sindicalizados en México pertenece al llamado sindicalismo charro, sometido a la voluntad del partido en el gobierno; o al sindicalismo blanco, rendido a los empresarios. Muchos de estos trabajadores ni siquiera saben que forman parte de una organización sindical, pues los contratos colectivos de trabajo fueron firmados a sus espaldas con líderes sindicales que ni siquiera trabajan en esas empresas.



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