Orfandad por feminicidio, en el vacío

Anayeli García Martínez y Hazel Zamora Mendieta
Ciudad de México (apro-cimac).- Un feminicida no solo destruye el cuerpo de una mujer: el daño y el dolor trascienden el tiempo y el espacio, llegan a las niñas, niños y adolescentes que quedaron en orfandad, azotan a los que perdieron a una hija, mata también la justicia, la posibilidad de una vida sin violencia de la que hablan las leyes.


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