¿Amputar la ciencia en México?

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El conflicto en curso en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), institución científica de vanguardia y con amplio reconocimiento nacional e internacional, ha puesto en cuestión el futuro de los Centros Conacyt –sistema que integra a 27 centros científicos y tecnológicos–, así como el futuro de la política científica y de la ciencia en México. No es un asunto menor, pues están en juego una herramienta fundamental del desarrollo del país, así como la formación de científicos y tecnólogos que surgen de estas instituciones. Está en juego algo muy serio.

De entrada, la historia individual de las entidades que hoy integran al sistema de Centros Conacyt se ha caracterizado por numerosos desafíos y, sobre todo, por trayectorias de éxito impulsadas por comunidades responsables, comprometidas y de indeclinable vocación científica. Con recursos y sin recursos, durante periodos difíciles y otros con crecimiento, son instituciones que han avanzado notablemente. Después de varias décadas de esfuerzo, hoy son centros de vanguardia, dedicados a la formación de generaciones de científicos y produciendo conocimiento y tecnologías especializadas.



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