Los demócratas

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- A Ingrid Escamilla la mataron y las circunstancias de su muerte conmocionaron al país. Lo vimos, lo sentimos, lo lloramos: el grado de violencia, la barbarie perpetrada, la visibilización de lo que claramente fue un feminicidio. Han sido tiempos oscuros para las mujeres en México, y por eso alienta cuando se ve en el horizonte una luz, una vela pequeña∫ pero incandescente. La que se encendió en la Secretaría de Relaciones Exteriores con el despido de Roberto Valdovinos, titular del Instituto de los Mexicanos en el Exterior. Después de meses de demandas y reclamos, la Cancillería aceptó que había albergado, contratado y protegido a un acosador. Un funcionario que abusaba de su poder a diario, amedrentando a mujeres bajo su mando. Un funcionario que encarnó todo aquello que se vive en tantos hogares, en tantas oficinas, en tantas universidades, en los pasillos del poder todavía dominado por hombres que suelen salirse con la suya.

Lo logran por la ausencia de protocolos para denunciar el acoso adecuadamente, por la probabilidad de represalias amenazadas y represalias ejercidas, por el clima de miedo que lleva a las mujeres a callar en vez de hablar. Con demasiada frecuencia las mujeres son acosadas con impunidad. Alumnas y maestras y científicas y médicas y trabajadoras domésticas y meseras se ven obligadas a sonreír e ignorar la mano que les aprieta la nalga, la voz que les susurra en el oído, el comentario soez del supervisor. Y también, con demasiada recurrencia, las mujeres que intentan denunciar son denigradas o despedidas o acaban renunciando. Las víctimas se sienten aisladas; no saben si al compartir lo ocurrido serán vistas con conmiseración o culpadas por habérselo buscado. Algunas mujeres en el Instituto de los Mexicanos en el Exterior intentaron denunciar, pero su reclamo –luego de meses y meses– no prosperó. El Sr. Valdovinos encontró apoyo y protección, en vez de investigación y sanción.

Emilio Lozoya: antes, después y hoy

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Está claro que Emilio Lozoya no es exponente de “la peor corrupción estructural mexicana”. Hay episodios, sistemas, tramas, personajes y fortunas mucho peores. Nomás pensemos en el imperio corrupto de Carlos Salinas de Gortari. Pero el papel que jugó el hoy perseguido de la justicia es ocasión para que el país se asome a uno de los episodios de la historia de su Estado corrupto.

Lozoya viene de la alta burocracia política mexicana, toda ella corrompida, en línea con uno de los elementos básicos del poder. Su padre fue uno de esos burócratas empoderados. Pero, luego de un adecuado entrenamiento, ese personaje se proyecta en el momento en que le podía ser útil a una causa política concreta que era la recuperación de la Presidencia de la República por parte del PRI, a partir del gobierno del Estado de México y de la candidatura de Enrique Peña Nieto.

La reforma del Poder Judicial de la Federación en ciernes

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A finales de octubre pasado compartí ciertas ocurrencias en este espacio sobre lo que en mi opinión contribuiría a una reforma judicial con y para la gente. Obvio, nadie tenía porque leerme y menos hacerme caso. Como sea, a partir de ayer es posible compartir impresiones, puntos de vista y algunas críticas sobre la reforma que se ha presentado en público. Lo positivo de seguro se podrá leer en otro lado.

Que hablen las urnas: lecciones de la toma en la Facultad de Filosofía y Letras

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-  Autonomía: ¿democracia o autoritarismo? La autonomía universitaria se entendió como un proyecto que sirviera de ejemplo a la sociedad para que pudiera contrastar la diferencia entre una comunidad en la que se observaban las leyes y otra en la que la arbitrariedad era la norma, como ocurría durante los años postrevolucionarios. De esta manera, la forma de convivir de los y las universitarias serviría para demostrarle a la sociedad que el autoritarismo del gobierno no era una necesidad debido a la inmadurez del pueblo mexicano.

El proyecto autonómico, por su doble carácter de social y nacional, cumple todavía hoy una función didáctica, no sólo con los alumnos en la cátedra, sino también con la sociedad a la que ilustra con el resultado de sus investigaciones en el campo de la ciencia y la cultura. Cada miembro de la comunidad universitaria sirve de ejemplo al resto de la sociedad, por lo que se le ha considerado un modelo que muestra, en el presente, lo que será el país en el futuro.

El caso Aguayo y la justicia transicional

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Lo sucedido a Sergio Aguayo con el fallo del magistrado Francisco José Huber Olea Contró a pagar a Humberto Moreira la cantidad de 10 millones de pesos por una supuesta difamación hecha en su columna “Hay que esperar” (Reforma, 20 de enero 2016) no sólo es un grave atentado a la libertad de expresión. Es también una muestra clara de que el Estado está capturado por redes criminales de protección política o corrupción, que no sólo mediante la sangre, la extorsión, el secuestro y la desaparición, sino también mediante el uso faccioso de la ley, están dispuestos convertir el país en un campo de concentración al servicio del crimen.

A diferencia de Aguayo –un gran académico, un intelectual profundo y una figura fundamental en la defensa de los derechos humanos–, sobre Moreira pesan evidencias de delitos graves. Según el Auto judicial, que permitió su detención en España en 2016, y que sirvió de base para el artículo de Aguayo, pertenecen a delitos de “organización criminal, blanqueo de capitales, malversación de caudales públicos y cohecho”. Este documento, aunado a las investigaciones que el propio Aguayo realizaba entonces con Jacobo Dayán sobre violaciones a derechos humanos en Coahuila, llevaron al investigador a afirmar que Moreira “es un político que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones de derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente, es un abanderado de la renombrada impunidad mexicana”.

CONTRAPLANO Aves de Presa: las chicas toman el control

MONTERREY, N.L. (apro).- En Aves de Presa (Birds of Prey: And The Fantabulous Emancipation of  One Harley Quinn) se nota que las chicas tienen el control, al frente y detrás de las cámaras.

La directora de origen chino Cathy Yan ingresa a las ligas mayores con una producción en la que ellas tienen el control, el destino y la voluntad para destruir todo. Y, por supuesto, las guerreras que lanza a la arena saben muy bien cómo patear traseros.

Reformar la Universidad Nacional

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- ¿Qué está pasando cuando un grupo pequeño o grande de estudiantes cierra una facultad o escuela y, al mismo tiempo, el rector de la Universidad no concurre a discutir sino que sólo pronuncia discursos desde lejos?

No es tan difícil saberlo.

Punitivismo desbocado y crisis delincuencial

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hemos tenido durante 20 años grandes y pequeñas reformas al sistema de justicia penal, pero, durante ese tiempo, la incidencia delictiva ha seguido en aumento como nunca en la historia. ¿De qué nos habla eso? Pues de que tanto el postulado punitivista dominante, como la tesis de que las reformas legislativas pueden contener la delincuencia, son ideas falsas.

Aunque parezca increíble, seguimos en lo mismo. Nuevos proyectos de leyes punitivas van y vienen de un lado para otro. Aunque ya dijo Andrés Manuel López Obrador que él no tiene proyecto alguno en esta materia, muchos senadores, algunos diputados, el fiscal y el secretario de Seguridad traen las alforjas llenas, como si no pudieran analizar qué cosa ha sucedido con tantas reformas que no han servido.

Empresas, derechos humanos y consultas ambientales

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Se ha hecho público el Informe Empresas y Derechos Humanos: Estándares Interamericanos, elaborado por la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales, y aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el primero de noviembre del año pasado. Este documento con seguridad será un referente obligado para quienes defendemos dichos derechos.

En los meses y años por venir tendría que exisitir interés por parte de todos los sectores involucrados para conocer sus contenidos, comprenderlos y honrarlos en las decisiones cotidianas. Los poderes judiciales no deberían permanecer ajenos a estos esfuerzos. Hasta auguro que será mucho más atractivo asesorar y capacitar para prevenir desapegos a tales estándares, que buscar que se hagan justiciables.