Disonancias: remesas, pobreza y municipios

Las remesas familiares que México recibe cotidianamente en enormes cantidades tienen impactos fundamentales para el conjunto de la economía y, sobre todo, son la red de protección social más relevante para millones de familias que directa o indirectamente se benefician. Si se considera al conjunto de las remesas del año pasado (51.6 mil millones de dólares) y, del otro lado, el total de población del país conforme al último censo (126 millones), en promedio a cada persona le corresponderían algo más de 8 mil pesos anuales. Vista la distribución per cápita y desde la perspectiva municipal, los resultados proyectan escenarios más que interesantes.

En principio, algo más de 50 municipios del país reciben 30% de las remesas; nos referiremos en la presente nota solamente a ese conjunto. De este grupo, los de mayor pobreza –usando la estadística del Coneval– son al mismo tiempo los que reciben los ingresos por persona más elevados. No se trata de los municipios con mayor población, como sería el caso de Tijuana, que recibe las mayores remesas de todo el país. Por el contrario, si se enlistan los municipios receptores en función de las remesas por persona, los de mayor población son los que reciben menos dinero del exterior. Y al revés, los de menor población tienden a recibir mayores remesas, considerando el indicador per cápita.



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