Un acto humanitario sospechoso

Ciudad de México (Proceso).– Por más que no quiero ser mal pensado, me resulta sospechoso, muy sospechoso, que tan pronto El Chapo, Joaquín Archibaldo Guzmán, por conducto de su abogado, se quejó del maltrato que recibe en el centro penitenciario de alta seguridad de Colorado, Estados Unidos, inmediatamente el presidente de la República, como si se tratara de alguien política o socialmente importante, tomó el reclamo como algo digno de ser atendido y hasta comentado.

En declaraciones del 18 de enero pasado, el propio AMLO manifestó que, por estar de por medio los derechos humanos, “… no descarta apoyar la solicitud de ayuda del Chapo Guzmán”.



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