Un madruguete y un intento de golpe de estado

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- AMLO, en su intento renovador, se topó con la realidad. Hasta aquí llegó. Su acción se estrelló con un muro infranqueable: los jueces de amparo. No tiene para dónde hacerse. Su maniobra, la encaminada a controlar al judicial a través de comprar el sometimiento de su presidente, quedó al descubierto; también su eventual intento de continuar en el poder a través de un artículo transitorio.

Los jueces de amparo, sobre todo los que se dedican a las materias administrativa y de competencia, nunca habían concedido tantas suspensiones. Alguien dirá: la están otorgando sólo por molestar; están dispuestos a otorgarlas aun cuando no se les solicite. AMLO sabe que con estos jueces no va a ir a ninguna parte. El apoyo que tuvo en las urnas en 2018 no le fue suficiente para realizar los cambios radicales que pretendía. Estoy hablando en tiempo pasado. Carece del poder para hacerlo. Estamos ante una administración federal fracasada.



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