Revocación del mandato: un pretexto para distraer y manipular

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La revocación del mandato es algo simple, o debería serlo: es el derecho que se reconoce a la ciudadanía a enmendar un error. El pueblo no siempre es sabio. También se equivoca.

La revocación tiene una razón de ser: en los sistemas políticos en que se fija un plazo a la duración del ejercicio de una función pública, y éste es largo, es una vía para neutralizar los efectos de una mala elección. Es una institución política que funciona, preferentemente, en países que cuentan con una población bien informada y con escaso o mediano territorio. Donde no se presentan esos supuestos, se presta a ser utilizada como instrumento de manipulación política. Tal es el caso de México.

La banalización de la vida

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Recientemente, Jacobo Dayán escribió un artículo sobre la conducta del Estado y de los medios de comunicación en relación con la violencia: “La nada ante la barbarie” (Animal Político, 18 de agosto). Su argumento es penetrante. No apunta, como he tratado de hacerlo en estas páginas, a los vínculos que el Estado ha establecido, desde hace muchas décadas, con el crimen organizado. Nos muestra otra cara del monstruo: su inacción, su desprecio, su omisión frente a la tragedia humanitaria en la que la violencia nos ha sumido; una actitud que, en su complicidad con el crimen, llama “nada”.

En dicho artículo, Dayán muestra cómo el gobierno de la mal llamada 4T, semejante a las administraciones anteriores, no ha hecho nada para garantizar la verdad y la justicia. Tampoco para disminuir la violencia. Mientras el discurso presidencial la niega, la Secretaría de Gobernación y las fiscalías la administran sin resultado alguno. Tenemos casi un nivel de impunidad absoluto, más de 90 mil desaparecidos, más de 300 mil asesinatos, la mayoría sin resolver, cerca de 40 mil cuerpos en los semefos sin identificar, más de 3 mil fosas clandestinas, sin contar las de las fiscalías, cuyo desaseo en la inhumación de cuerpos es, en muchas de ellas, semejante a las practicadas por el crimen organizado; 35% del territorio nacional tomado por células criminales.

La destitución del presidente del Tribunal Electoral

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- En los países civilizados se habla poco de los jueces y de sus sentencias; de aquellos se espera que sean imparciales y conocedores; de éstas, que estén apegadas a derecho.

Los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación destituyeron a su presidente, José Luis Vargas Valdez. Hicieron algo más: nombraron a Reyes Rodríguez Mondragón en su sustitución. Las cosas cambiaron rápidamente.

¿Cómo cambiar la ruta de la información presidencial?

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Más importante que el mandato de la ley es la orden de la tradición y la costumbre al ejercer el poder. Se ha podido atestiguar cómo la norma jurídica cede ante los usos del poder. “Se acata, pero no se cumple” era la expresión coloquial para reconocer la competencia de la autoridad que emitía la norma, pero que no era posible cumplirla. El reto de que el debe ser de las leyes y el ser de las conductas humanas sigue y goza de grandes oportunidades de mejora en los más distintos rubros de la vida pública.

En el caso del universo de información presidencial en México ha concurrido una mezcla de confusión, desconocimiento y corrupción. En efecto, de entrada se ha pensado históricamente que las cartas recibidas o escritas por el/la president@ de la República, los regalos recibidos por mandatarios extranjeros de cualquier precio y cualquier otra información con independencia de su forma y naturaleza forman parte de la persona que ocupa la Presidencia de la República, razón por la cual –salvo contadas excepciones– estos datos, por llamarlos de alguna forma, al cambiar el titular del Ejecutivo Federal corren la suerte de quien ocupó ese cargo público.

¡Cognitariado de todos los países, uníos!

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A muchos indignó la caracterización que hizo el presidente López Obrador de la clase media en la Ciudad de México, quizá porque varios nos identificamos con ella. Aunque se refirió en términos despectivos a ese estamento social, no debemos ofendernos por su atinada definición, máxime cuando él mismo, su esposa e hijos pertenecen a esa clase social (por lo que se auto descalifica), además de a otra clase, la política, esa sí muy desacreditada.

Cuando AMLO dijo que la clase media era “difícil de convencer”, en realidad fue un halago porque la clasificó como pensante y reflexiva; no se deja engatusar por mensajes electorales que en realidad fueron dirigidos a las bases partidistas duras que no necesitan ser convencidas sino reafirmadas. Lo anterior evidencia una mala estrategia discursiva y el abandono, precisamente, de las expectativas clasemedieras que, como vimos en los pasados comicios, es capaz de cambiar el rumbo “lógico” de una elección. Platón ya decía que el Estado es una imagen agrandada del individuo.

El uso electoral de las instituciones públicas

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La interposición y posterior rechazo de una controversia constitucional ha dado lugar a que quienes intervinieron, muestren su ignorancia.

Como muchos lo pronosticamos, según se acercaran las elecciones, AMLO y Morena utilizan al Ministerio Público como un instrumento para ganar el mayor número de posiciones en juego en las elecciones a realizarse el 6 de junio próximo. Lo mismo hicieron los priistas; también los panistas. Ahora lo hacen los morenistas. Ningún partido político puede reclamar para sí el monopolio de la arbitrariedad y del abuso.

Un madruguete y un intento de golpe de estado

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- AMLO, en su intento renovador, se topó con la realidad. Hasta aquí llegó. Su acción se estrelló con un muro infranqueable: los jueces de amparo. No tiene para dónde hacerse. Su maniobra, la encaminada a controlar al judicial a través de comprar el sometimiento de su presidente, quedó al descubierto; también su eventual intento de continuar en el poder a través de un artículo transitorio.

Los jueces de amparo, sobre todo los que se dedican a las materias administrativa y de competencia, nunca habían concedido tantas suspensiones. Alguien dirá: la están otorgando sólo por molestar; están dispuestos a otorgarlas aun cuando no se les solicite. AMLO sabe que con estos jueces no va a ir a ninguna parte. El apoyo que tuvo en las urnas en 2018 no le fue suficiente para realizar los cambios radicales que pretendía. Estoy hablando en tiempo pasado. Carece del poder para hacerlo. Estamos ante una administración federal fracasada.

Comunidad internacional y derechos humanos

Autores / Elisur Arteaga Nava y Sergio Charbel Olvera Rangel

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El presidente de la República ha amenazado con que, si los particulares siguen obstaculizando su reforma en materia eléctrica, con amparos y suspensiones, va a reformar la Constitución Política para impedirlo. Conociéndolo y sabiendo que puede hacerlo, pues la intervención del Congreso de la Unión y de las legislaturas de las entidades federativas son un mero trámite, hay que tomar en serio su amenaza.

Matar mintiendo

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- México doliente. México enlutado. México entre los países con más muertes y más contagios por covid-19, por más que el gobierno lo niegue y sus seguidores incondicionales lo crean. Los funcionarios mienten pero las cifras no y están ahí: frías, inertes, pero reveladoras de una tragedia que pudo haber sido evitada con más honestidad y mejores políticas públicas. Como argumenta Laurie Ann Ximénez-Fyvie en el libro Un daño irreparable: la criminal gestión de la pandemia en México, “los resultados que hoy vivimos son una consecuencia directa de las decisiones que se han tomado para enfrentar el problema”. Teníamos tiempo, aprendizaje previo, un equipo epidemiológico experimentado con el cual enfrentar el reto. Pero hemos fracasado, como gobierno y como sociedad.

Por los que no usaron y no usan el cubrebocas, por los que violan las disposiciones de sana distancia y van de fiesta en fiesta, de reunión en reunión, contagiándose y contagiando a otros. Indudablemente ha habido irresponsabilidad individual y colectiva. Pero la irresponsabilidad mayor recae sobre los hombros de quienes –desde el poder– han mentido, tergiversado, minimizado y confundido. Empezando por Hugo López-Gatell, quien enfrentará no sólo el juicio de la historia, sino el de sus pares en el mundo científico donde nunca más volverá a ser visto con buenos ojos o tomado con seriedad. Por todo lo que dijo desde el inicio de la pandemia, y por todo lo que sigue diciendo ahora, en su momento más álgido.